Se nos fue la Trini y con ella una parte muy importante de la historia LGTBI+ de este país. No era una mujer que formara parte del grupo organizado, no participaba en muchas conferencias o congresos, no era conocida y reconocida por la mayoría de la sociedad, pero se va una mujer muy importante, sobre todo para el grupo trans. Lo fue porque era siempre generosidad y entrega a lxs más débiles, esas trabajadoras sexuales trans siempre olvidadas, maltratadas y golpeadas en la cárcel. Ella, «La Mami», traía comida y ropa, ella que ya padeció en carne propia la ley «de vagos y maleantes».
No tuvo una vida fácil y se notaba en su forma de hablar y de expresarse, pero siempre te regalaba una sonrisa con un «yo paso de todo y que me quiten lo bailao».
La conocimos en ARELAS hace unos cuatro años y desde entonces hemos establecido una relación de apoyo y ayuda mutua. Tratábamos de ayudarla en todo lo que podíamos, lxs más pequeñxs escribían cartas y enviaban pequeños detalles y le pedimos un lugar en la residencia para que pudiera vivir sus últimos años con cierta dignidad. Pero nos regaló momentos muy divertidos, muchos recuerdos y joyas que guardó durante muchos años, historias inolvidables y colaboraciones en todo lo que le propusimos. Ella que no tuvo una vida fácil quiso seguir ayudando dentro de sus posibilidades. Entrega y generosidad.
La vamos a extrañar mucho, mucho, pero nos quedamos con su historia de vida, su legado y todo lo que vivió. Afortunadamente, quedará muy presente en la memoria de todxs aquellxs que la conocen y la quieren “y que nos quiten lo bailao”.